Mirándonos


Mirándonos
Promoviendo la empatía para prevenir la conducta suicida. Alfonso Correa
Editorial al Viento. 2019

Con gran alegría recibí en mis manos los ejemplares que Alfonso Correa nos hiciera llegar de su último libro titulado “Mirándonos”. Este libro contiene las fotografías sobre las miradas de 190 personas que aceptaron el desafío de dejarse retratar “de cerca”. La cercanía que produce la mirada no es otra cosa que la exposición de la intimidad que cada rostro contiene, sus huellas y trayectorias, su originalidad y universalidad.
A lo ancho de la portada se inscribe una mirada, probablemente de alguien joven, de grandes ojos almendrados y con un arco en la parte superior formada por cejas bien delineadas. Por un momento me detengo en la intensidad de la expresión. La nitidez de esta zona del cuerpo me cautiva. Al concentrar mi mirada advierto que no puedo mirar sus dos pupilas al mismo tiempo. La armonía de propuesta me hace pensar en el aire que inspiramos y que sube a nuestros ojos cargándolos de vitalidad. Aire y visión como una metáfora.
Esta mirada tan vital nos anuncia una temática compleja como es el suicidio. La imagen escogida entra en sintonía con la propuesta del libro que es promover la empatía como medio eficaz para prevenir la conducta suicida.
Antes entrar en la temática, repaso la estructura del libro y veo que al final el autor recoge su experiencia delante de la cámara como fotógrafo. Luego, hace lo mismo relatando la experiencia de quienes estuvieron detrás de la cámara. Lo encontré original, aunque se trata más bien de sus impresiones y su propia interpretación. Creo que aquí se juega buena parte del trabajo propuesto, ya que significó pedir a cada uno su acuerdo para ser fotografiado. Le hubiera pedido al autor que se explayara más desde su propia experiencia singular con los fotografiados. En un momento dice que “es una oportunidad de detenernos en el contacto con el otro, de relacionarnos con la emoción de escuchar y de ser escuchado”. Me imagino que en su relación médico-paciente algo le ocurre que podría ser distinto del fotógrafo-fotografiado. ¿Hay una novedad en el cambio de rol? ¿Y si todos aquellos que trabajamos con personas nos detuviéramos a fotografiar a nuestros estudiantes, clientes, pacientes o compañeros de trabajo? ¿Qué nos sucedería? Si esto nos hace más humanos, propongo que entonces nuestros lugares de trabajo sean laboratorios fotográficos para impregnarnos de esos rostros.
Lo anteriormente dicho me permite agregar algo respecto del contenido. El rostro humano impacta sea donde sea, por lo menos para mí. La cercanía del lente de Alfonso hace más evidente que estamos ante un reflejo de nosotros mismos. Sin embargo, nuestra cotidianidad, afectada por la tensión, el conflicto y el trajín nos altera, es decir, nos convierte en otro. Por eso es tan necesario volver a la raíz de nuestra mismidad y eso el libro lo hace con una bella propuesta estética. Las frases escogidas entre las fotos no hacen más que ponerle palabras a la evidencia humana.
Sin embargo, el libro tiene un trasfondo del cual me siento parte. En una situación tan crítica como el suicidio de un compañero, mi hijo tuvo la ocurrencia de saludar el aniversario de su partida con una muestra fotográfica de algunos rostros de su comunidad escolar. Sin ser sociólogo, ni menos psicólogo, comprendió a sus 17 años que con su cámara podía promover un espacio de reflexión al interior de su establecimiento. En su carta a la comunidad que Alfonso publicó en el libro, señala la necesidad de pasar de la mirada al abrazo como factor de cuidado por el otro.
Creo que en este gesto se sintetiza el oficio del fotógrafo inserto en una comunidad que sufre el dolor del suicidio. Agradezco, por mi parte el esfuerzo de mi hijo, así como la bella intuición de Alfonso para concretizar un proyecto que abre pistas para promover conductas de autocuidado.
Termino señalando que estas palabras las empecé a escribir justo cuando en Chile comenzó una movilización social sin precedentes. Cuán importante resuena la necesidad de mirarnos como país y abrazarnos. Espero que podamos construir puentes para derribar las distancias que nos separan.

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