La didáctica de las ciencias y la educación no sexista


Foto obtenida del portal de noticias de la USACH
El siguiente documento sintetiza la charla de la Dra. Johanna Camacho sobre la educación no sexista realizada en la USACH. Sus aportes son muy interesantes para aquellos que estudian la didáctica, así como la problemática de género. La exposición tuvo cuatro momentos que se destacan en esta síntesis y luego incorporo algunos comentarios personales respecto de su intervención.

Charla: Educación científica no sexista: aportes desde la investigación en didáctica de las ciencias.
Dra. Johanna Camacho González.
Académica Departamento de Estudios Pedagógicos
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad de Chile.
Miércoles 30 de mayo 2018
Auditorio Facultad de Química y Biología. Usach

La Dra. Camacho se ha dedicado los últimos años al estudio de género al interior de las ciencias por lo cual hará una contextualización para abordar la educación científica no sexista.
https://www.johannacamachogonzalez.cl/

1. Introducción
La profesora Camacho inició su charla constatando que el momento actual se caracteriza por el surgimiento de una demanda no solo del movimiento estudiantil, sino que de una demanda histórica feminista en la que se posiciona una situación en la que las mujeres, mayoritariamente, aunque no son las únicas, pero sí en un alto porcentaje, viven situaciones de violencia sexual.
La violencia, entonces está asociada al hecho de ser mujer, por lo cual el primer punto consiste en relevar qué significa ser mujer hoy día. Para algunos puede tener una connotación genética, pero también tiene una coyuntura cultural, social y política. En este sentido el movimiento está replanteando lo que significa ser mujer y situaciones que las violentan en el contexto actual.
Enfatizó este momento como histórico porque confluyen de forma natural el movimiento estudiantil con las demandas de nueva educación pública y de calidad y que, de repente, agrega la educación no sexista junto con las demandas del movimiento feminista.
Explica que el tema central es la educación porque el movimiento ha hecho explícito el juicio a una cultura heredada que tiene connotaciones patriarcales. La cultura patriarcal naturalizó ciertos comportamientos que generan violencia y que no se deben seguir aceptando. De ahí entonces a repensar la educación, que es algo más potente que revisar protocolos. En este sentido, dijo que éstos operan una vez ocurrido un episodio, en cambio la demanda actual invita a reflexionar sobre el proceso educativo en general.
Desde su experiencia, vinculada con la educación científica, va a repensar acerca de la producción de conocimiento científico; cómo aprendemos (“los hombres son más concretos, las mujeres, más ordenadas”); cómo enseñamos la ciencia (“la ciencia no es para las mujeres”) o la enseñanza a través de los libros de texto. También la reflexión cubre las prácticas pedagógicas situadas en el aula. Como ejemplo muestra la portada de un número de la revista Nature en la señala que la ciencia es una institución sexista. Es decir, existe en su interior brechas de género, relaciones de poder, hostigamiento, las mujeres científicas son invisibilizadas. La revista hace patente este diagnóstico e invita a reconocer que las mujeres son parte del conocimiento científico.
2. Educación científica y la perspectiva de género
a) Epistemológico:
-          La ciencia es una actividad humana y por tanto todos tienen características para pertenecer a ella. No es una actividad predestinada a un tipo de población.
-          Profesores, como la cultura general, estiman que la ciencia es objetiva, racional, inductiva, neutra y analítica. Explicó que la historia de la ciencia ha demostrado que, en la producción de conocimiento científico quien la realiza participa con sus cualidades personales y su historia.
-          Esta visión tan arraigada de la ciencia no considera otros aspectos de carácter más pragmático, más heurísticos, propuestos por la UNESCO, como la interacción mutua, entender que la investigación científica busca construir explicaciones acerca del mundo, que también resuelve problemas de diversa índole.
-          También se debe superar la idea de que solo hay un método, lo cual no es tan obvio para la cultura en general.
-          Un rol importante lo juegan los estereotipos como, por ejemplo, que las mujeres no pueden hacer ciencia, o si participan no es tan rigurosa. Para ello mostró algunos dibujos de niños de 5° básico en la que se aprecian sus percepciones acerca de las personas que hacen ciencia. Lo que hace la educación es reproducir estas ideas en lugar de modificarlas.
b) Educativo:
-          A través de los libros de texto aparece que en la actividad científica no hay personas, es algo impersonal. En básica aparece la naturaleza, el cuerpo, la familia, el entorno y en media se muestran instrumentos, ecuaciones, sin un contexto.
-          El lenguaje también juega un papel, ya que ayuda a construir significados. El uso del genérico masculino invisibiliza las mujeres, por ejemplo.
c) Político:
-          Es un punto en la agenda internacional propuesta por la UNESCO y la ONU, entre otras agencias.
-          Hace parte de los compromisos suscritos por Chile a nivel internacional.
-          Forma parte del debate nacional en estos días. Existen demandas del movimiento que buscan una educación no sexista. (Mencionó, por ejemplo, algunas demandas en la universidad como aulas que lleven el nombre de mujeres, bibliografía de autoras, debates sobre estos temas).
d) Personal:
-          En las observaciones de clases en ciencias se percató que las niñas participaban menos sin que esto perturbara al profesor. O las intervenciones del profesor con los hombres eran más complejas.
-          A través de investigaciones encontró creencias vinculadas a los textos de los escolares, de forma implícita, naturalizada e inconsciente, que señalaban la presencia de características que se asociaban más a los hombres que a las mujeres que justificaban su superioridad en ciencias.
-          La literatura explicaba de dos modos esta diferencia: una de tipo biológica (genotípica, cromosómica, fisiológica) y otra referida a procesos de socialización.
-          Constató que había poca evidencia en Chile y en Latinoamérica, además de escasos espacios de formación.
-          En los últimos años, la relación ciencia-género se ha visto mucho desde un punto de vista estructural, aumentando la participación de la mujer, por ejemplo, en las carreas de ingeniería (acciones de discriminación positiva). Esta línea ayuda, pero no resuelve el problema de fondo, señaló Camacho.
-          Su investigación se centró en las prácticas que ocurren dentro del aula escolar y cómo los profesores se están preparando para abordar esta realidad, donde interviene un contenido científico. Para algunos la enseñanza un contenido científico no tiene relación con el género, pero puede depender de la forma que en lo aborde o en los ejemplos que plantee.
3. Antecedentes de la investigación.
En su experiencia destaca que lo primero fue estudiar en serio los aportes de las teorías feministas haciendo una lectura crítica para entender la relación del género en la construcción del conocimiento científico.
Existen teorías críticas feministas de la ciencia, es decir, personas que dentro de las ciencias se cuestionan cómo se construye el pensamiento científico, como Haraway, D. (2004). Otros han tensionado el tema de la educación científica propiamente como Sinnes, A. (2006) y Scantlebury, K.  (2012). Esto la llevó a tomar una postura que no es el feminismo radical ni ecológico, sino que es más bien de justicia social, que es la teoría que se está dando y entender que la actividad científica es para todos y todas.
Desde la investigación científica esto resultó ser complejo ya que implicaba entender que el género era una construcción cultural y social. No era ser hombre y ser mujer. Además, la perspectiva de género es una dimensión situada en la que se dan cruces (interseccional compleja). Esto quiere decir que cuando ella habla no lo hace en representación de las mujeres, puesto que ni los hombres, ni las mujeres constituyen grupos homogéneos. Estos cruces tienen que ver con la nacionalidad, profesión, lugar de residencia, edad y otras dimensiones que actúan en un contexto y momento específico.
Este tema había que relacionarlo con el conocimiento científico, el conocimiento didáctico, la formación de profesores, el estado del arte y las metodologías de estudio abordadas.
Desde este punto de vista, su investigación fue sobre las creencias de género en el profesorado de ciencias, cómo son las prácticas y lo que sucedía en la formación inicial.
Sus primeras ideas al entrar en este campo estaban relacionadas con una concepción binaria (hombre/mujer), conformada por grupos homogéneos, lo cual era un error.
En un comienzo tenía la hipótesis de que las profesoras eran más sensibles a estos temas y que los hombres no, por su condición sexual. Los resultados mostraron que no había diferencias estadísticas significativas entre hombres y mujeres, confirmando una noción de sexo inválida. Esto significaba que las creencias que los profesores tenían no tenían que ver con su sexo.
Tampoco la edad resultó ser un factor. Los profesores mayores sí estaban reflexionando sobre algunos de estos temas, pero no se relacionaban con la construcción del conocimiento científico, sino que más bien con la formación integral de los estudiantes.
Los profesores sí suponen que los estudiantes varones y mujeres son distintos pero esa distinción la justifican desde perspectivas biológicas (se nace predeterminado para ciertas cosas y no para otras). Esto lo relacionaban con la forma en que aprendían, el rendimiento escolar y las habilidades.
La académica advirtió que las diferencias estaban centradas en lo biológico, solamente, no en el contexto social. No formaba parte de sus creencias aspectos relacionados con el contexto social, el tipo de colegio al que asiste, si el estudiante era repitente, si era inmigrante, etc. No aparecían estos elementos porque era incorrecto decirlo.
Hay una visión de ciencias tradicional que invisibiliza la perspectiva de género. Es decir que mientras se sigue transmitiendo una idea de ciencia como objetiva, racional, inductiva, neutra y analítica, la perspectiva de género no tiene nada que decir.
Otra cosa que observó es que los profesores de forma ingenua dicen que tratan a todos los estudiantes igualmente (otorga las mismas oportunidades, hace la misma evaluación para todos, los trabajos son iguales, etc). El problema es una visión neutra, sin comprender que puede haber personas con intereses distintos, motivaciones, habilidades y resultados. No se trata de caer en el otro extremo, pero sí reconocer que hay distintas habilidades que están en juego. Se enmascara el patriarcado como igualdad dado que se posiciona en la cultura heredada.
Se conoce poco la producción científica femenina, salvo Marie Curie, al parecer no se nombra a ninguna mujer. Menos aún cómo llegaron a eso, en qué contextos, ni cuándo. En proyectos realizados con estudiantes han tratado de levantar modelos más cercanos a su realidad, ya que nadie se reflejaba en la experiencia de Marie Curie.
No hay un posicionamiento claro acerca de cómo integrar la perspectiva de género en la formación docente. Plantea que esta es una necesidad urgente dado el contexto actual.
Se interrogó a sí misma qué plantea la educación no sexista. ¿Incorporar más bibliografía de mujeres? ¿Abrir más cupos para mujeres en las carreras tradicionalmente dominadas por los hombres? Todo esto no es suficiente si sigue existiendo una cultura hegemónica, súper fuerte y dominante, por lo que hay que pensar muy bien antes de tomar decisiones.
4. Nuevos horizontes
La discusión sobre la mujer se ha centrado en un nivel estructural, como ampliar las cuotas, que ocupen relaciones de poder, altos cargos. Todo esto está bien, pero es insuficiente. Falta indagar otras características del estudiantado y del profesorado. Es necesario conocer a los estudiantes para saber cómo trabajar con ellos y no a pesar de ellos. En las observaciones de aula observa que los profesores hacen sus clases a pesar de que puede haber un caos en la sala. Algunos entenderán y el resto no importa. Esto hay que superarlo.
Existe un desconocimiento, es decir, faltan reflexiones epistemológicas sobre la naturaleza de las ciencias a enseñar. Hacerse la pregunta qué sentido tiene enseñar los contenidos científicos para los estudiantes concretos que están en la sala de clases.
Tensión epistémico-didáctica en la formación de profesores de ciencias. La formación disciplinaria lo hace la Facultad de ciencias, aparte de la formación pedagógica que es realizada por otro departamento. Falta reflexionar cómo enseñar la disciplina para los profesores. No se trata de hacer un reduccionismo para el estudiante de pedagogía sobre los contenidos científicos. Hay una distancia entre cómo se enseña la disciplina específica con lo que se enseña en la escuela posteriormente.
Mejorar la comprensión pública del conocimiento científico y tecnológico de las mujeres, así como el público en general.
Fomentar políticas de educación en niñas, becas, fondos, toma de decisiones, representatividad. Metas curriculares y pedagógicas.
Comentarios
El aporte realizado por la Dra. Camacho es notable desde todo punto de vista. Su investigación ha relevado un campo interesante sobre las prácticas pedagógicas en la enseñanza de las ciencias desde la perspectiva de género. Junto con dar a conocer un ámbito específico de la pedagogía da un impulso para que otras asignaturas hagan también su reflexión.
Didáctica y cultura
Su mirada sobre la didáctica se detiene en un aspecto que está cobrando una relevancia central en el contexto actual. Pese a que la pedagogía es una actividad dominada por las mujeres, su investigación demuestra que la problemática de género desborda cualquier límite.
En este sentido provoca preguntas acerca de las representaciones que estamos entregando a los estudiantes desde los propios saberes que se transmiten en la escuela y en las asignaturas.
Enriquece el concepto de la didáctica al introducir las creencias que los profesores tienen sobre las diferencias entre hombres y mujeres. De esta forma, la didáctica deja de tener un carácter estático, centrado en estrategias, métodos o técnicas para observarlo como un componente complejo de la relación pedagógica.
En efecto, la didáctica se sitúa como la relación que establece el profesor con el estudiante para la transmisión del conocimiento, pero abarcando otras dimensiones poco estudiadas o relevadas como los antecedentes biográficos, culturales y sociales del contexto de los sujetos. Uno de estos aspectos son las creencias que los profesores tienen acerca de los aprendizajes de los y las estudiantes.
En su charla abordó uno de los problemas fundamentales de la llamada transposición didáctica y que fue comentado posteriormente con los asistentes. En la transmisión del saber experto, el profesor despersonaliza y descontextualiza el contenido, es decir, no hace ninguna referencia a quién lo descubrió, en qué época, ni bajo qué circunstancias llegó a dar con él. Justamente, una visión más socio cultural de la construcción del conocimiento nos hace más vigilantes respecto de estos aspectos. Si lográramos visibilizar mejor quiénes han trabajado tales y cuales ideas y en qué contextos, podríamos superar una idea de ciencia neutra, objetiva e inductiva. Agregó, en este sentido, que el aprendizaje basado en problemas es una estrategia que permite vincular mejor las ciencias con el contexto social y que en varias asignaturas se está empleando.
Estereotipos y textos escolares
Su trabajo aporta varias ideas y ejemplos en los cuales se observa la presencia de los estereotipos en la sociedad, en la vida diaria y por supuesto en la escuela. El análisis que debemos hacer los educadores es volver a mirar cómo estas formas de concebir al hombre y la mujer no son adecuadas al contexto actual. La reflexión crítica de las prácticas pedagógicas son un mecanismo fundamental para avanzar hacia una cultura libre de prejuicios.
En este sentido, son muy interesantes los aportes que hace respecto de los dibujos e imágenes que se usan en libros de textos que traspasan una idea acerca de cómo son y actúan los hombres y las mujeres. Esta idea, en justicia, debiera reiterarse también con las culturas de los pueblos originarios ya que también se les estigmatiza.
Estas representaciones debieran llevarnos a replantearnos los mecanismos existentes que facilitan la inclusión de todos y todas en la escuela. A través de su concepto de ciencia también podemos integrar a las humanidades y a las artes. Nadie debiera sentirse excluido de participar en la generación o construcción de conocimientos.
La tarea tiene múltiples dimensiones, por un lado, afecta a los docentes que deben revisar sus formas de relacionarse con los estudiantes, los énfasis con que enseñan tales y cuales contenidos, las concepciones que sostienen sus argumentos o en las que se apoyan para la toma de decisiones. Este trabajo que aparece como invisible y que requiere de la capacidad de cada docente de darse cuenta, se debe sostener con la ayuda de otros colegas, participación en seminarios, talleres, cursos, consejos de profesores y asambleas reflexivas en las cuales los centros educativos dialoguen para alcanzar una comprensión de la cultura patriarcal y sus efectos generadores de violencia en contra de las mujeres.

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