En el día del trabajo

Me acerqué a todos los puestos de libros usados y encontré el mismo tipo de lectura. Sus vendedores se esmeraron en seleccionar lo mejor de la literatura de izquierda. De las banderas, sólo habían del pueblo mapuche y las rojas del partido comunista.
Pensé encontrar un cierto tipo de público vestidos de forma artesanal y rostros de pueblo humilde. Pero, también habían jóvenes, familias, señoras del sindicato de trabajadoras de casa particular. Extranjeros inmigrantes que trabajan en Chile para enviar algún dinero a sus familias que viven fuera del territorio nacional.
Y vi la columna que se acercaba con los dirigentes sociales a la cabeza, rodeados por una barrera de palos de bandera para evitar que alguien se les acerque. Portaban un lienzo cuya leyenda ya no recuerdo. Reconocí a Bárbara Figueroa y Jaime Gajardo, mientras la televisión y los fotógrafos hacían su trabajo.
Me sentí transportado en el tiempo en que fui a la primera concentración democrática contra la dictadura o para el plebiscito contra Pinochet.
La calle, lugar de tránsito y de lo cotidiano como diría Gianini, me extendió por un momento sus brazos para acogerme y señalarme el dolor y las luchas de tantos que deben hundir sus pies en sus aceras para ganar con sufrimiento un pan con dignidad.

Comenzó el discurso saludando a todos los asistentes y especialmente a tantos que en estos días han vivido momentos duros en medio de negociaciones y la huelga. También a los que se quedaron sin trabajo por los desastres en el norte y en el sur.

Es esta capacidad de soñar la que me impacta, la que moviliza la conciencia imaginando un futuro diferente. Y los sueños de los que hablo tienen relación con la colectividad, no con la individualidad, solamente.

En esta sintonía de recuerdos, aparecen la iglesia y el movimiento social, no como protagonistas antagónicos, pero sí que demandan un diálogo para entender su acción, sus lógicas y sus fronteras. Me satisface este momento, me da esperanza en que un Chile más unido puede nacer. Tengo optimismo, no le temo al diálogo entre sectores diversos y profundizar nuestra democracia.
Gracias, a todos los trabajadores por este día que podemos conmemorar.
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