Tipos de abrazo

crédito foto www:hogarmania.com
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Recientemente visité mi país natal por un corto tiempo, luego de más de 3 años de ausencia. Era la primera vez que iba y me devolvía a mi país de residencia. Sensación extraña de ir y no quedarse. Ir de pasada al país que me vio nacer, que me enseñó la lengua materna, donde aprendí las nociones básicas y a emocionarme, no es algo simple de explicar.

Estuve atento a todo, como si fuera un turista en mi propio país. Me ofrecieron esos sabores que dejan huella en el paladar como la plateada, las machas a la parmesana, el pisco sour, el mango, la chirimoya o el pastel de choclo. La cocina de la mamá sigue siendo insuperable.

Miré la cordillera con nostalgia y caminé por calles que hablaban de un pasado reciente confuso y a veces traumático. Escuché la música del pasajero de la micro que cree que todo el mundo debe oír. Me extrañé del tuteo rápido del mesero, de la conducción por la segunda fila en la carretera y del exceso de velocidad en las calles.

Sentí el perfume del campo en primavera, el aire limpio que contrasta con el de la capital. Reí con mi nieta de 3 años porque la vaca chilena dice Muuuu y la francesa Meuuuu.

Me sentí regalado por la presencia de mi familia y amigos y creo que todo lo anterior es nada cuando se lo compara con el abrazo. Y experimenté varios tipos. Un día me puse a pensar que con cada uno experimenté un tipo de abrazo diferente. Trataré de graficarlo en el siguiente listado que no pretende ser exhaustivo, ni menos definitivo. No espero tampoco coincidir con el lector de este texto, al que agradezco desde ya su paciencia.

Abrazo con palmadas: es el más efusivo, cuando se sienten las palmas en la espalda.

Abrazo con palmadas y bailecito: una variación del anterior consiste en menearse juntos como en una coreografía.

Abrazo con beso: junto con el abrazo, el beso en la mejilla, marca el sello de la amistad. Varias veces me confundí porque me he ido acostumbrando a dar un beso en cada mejilla. No está que los chilenos adopten semejante gesto.

Abrazo inclinado: cuando tengo que abrazar a mis padres o a alguien de una talla inferior.

Abrazo agachado: el que le doy a mis nietas de uno y tres años.

El saludo de manos, abrazo y al separarse nuevo saludo de manos: es el protocolar. Afortunadamente, no tengo memoria que alguien lo haya hecho.

Abrazo con lágrimas: al momento de la despedida.

Abrazo prolongado: se caracteriza por ser de una duración que excede con creces el protocolar y es como si el tiempo se detuviera. ¡Es muy rico!

Abrazo corto: es todo lo contrario del anterior. Es propio de los tímidos o señal de que la amistad está en crecimiento o un poco estancada.

Abrazo con trago: a evitar de todas maneras. No lo viví, pero el lector puede considerarlo para no excederse.

Abrazo con inclinación de cabeza: es el abrazo del amigo o de la amiga que se reposa o descansa en una relación de confianza. ¡Pucha que hace bien!

Abrazo con palabras: es el abrazo de los que prefieren el sonido de las palabras al silencio del gesto. Se combina con frases típicas “¿Cómo estai?”, “Tai más gordito”, “no hay cambiao en nada”, etc. A veces se aprovecha de decir cosas al oído para comunicar un mensaje más íntimo. Nadie me susurró nada al oído, pero algunas de las anteriores quedaron resonando en mi tímpano.

Abrazo silencioso:  es todo lo contrario que el precedente. Todo se dice en el gesto, puede ser corto o largo, con lágrimas, apretado o con palmas, a gusto del intérprete. ¡Vale mucho!

Abrazo con masaje: es una versión muy agradable ya que consiste en pasear la mano por la espalda del otro. ¡Muy rico!

Llego hasta aquí con el listado dejando al lector la posibilidad de encontrarse en alguno de ellos. Por mi parte, le aconsejo abrazar todo lo que pueda al que tiene a su lado, no se arrepienta. Cuanto más abrace verá su felicidad aumentar, así como la del otro.

Un abrazo.

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