Ganamos mentalmente

 
Cuando llegué al gimnasio, el evento estaba finalizando. La galería y el terreno de juego estaba invadido por estudiantes y profesores que esperaban el resultado de la tarde deportiva. De pronto, escuché que los ganadores eran “los piratas” y un estallido de gritos, aplausos y abrazos se entremezclaban en el centro.

La tradición de este liceo ubicado en el oeste de Francia consiste en una tarde deportiva antes de las vacaciones de Navidad. Por razones de la epidemia, el evento tuvo que ser pospuesto. Esta tarde los estudiantes salieron media hora antes para organizarse y almorzar. La actividad incluía disfraces y coreografías de profesores y estudiantes.

El escenario es sencillo, sin tarima, es la prolongación del terreno de juego y estudiantes y profesores rodean al que toma el micrófono. Algunos lienzos cuelgan con los nombres de los equipos. A mi lado pasa una chica de 2° medio que visiblemente emocionada me hace señas y me dice “ganamos”. Le extiendo mi mano para responder a su gesto.

Me acerco a un grupo de estudiantes que rodea un barco pirata. Converso con Michel quien resultó ser el constructor. Todo fue integralmente realizado por él y su padre. En su interior había restos de palets, madera aglomerada y tela pintada para la ocasión. No es capaz de decirme cuánto tiempo se demoró en hacerlo, pero estaba visiblemente feliz y no dejaba de recibir felicitaciones de profesores y de compañeros.

En eso se acerca Louis estudiante de 4°medio y que espera seguir una carrera de ingeniería. Me dejo llevar por el ambiente festivo para preguntarle cuál era el premio que habían obtenido. Me mira extrañado, como si mi pregunta fuera absurda. Añado: “¿una tarde de cine, una ida al Mc Donalds o una tarde libre?” Su respuesta me dejó paralizado: “ganamos mentalmente”. El profesor de historia que escuchaba nuestro intercambio y que sabía que venía de Chile, ríe diciendo: “en los países neoliberales se acostumbra dar algo a cambio”. Asentí mientras pensaba su afirmación.

Muchas de las semanas de colegio en Chile, especialmente en los privados, se transforman en verdaderas mega producciones de varios días, con altos costos financieros. Los Centros de Alumnos son elegidos especialmente con la esperanza de mejorar lo hecho el año anterior.

El sistema educativo francés suele ser criticado por ser altamente selectivo, dejando en el camino a los que no tienen las mismas posibilidades de llegar a las grandes instituciones de educación superior. Chile mantiene desde los años 80, un sistema público que intenta sobrevivir ante el avance de la privatización de la educación. Por años hemos visto y oído que si queremos educación de calidad hay que pagar. Todo se resume en costo y beneficio.

Estaba en esto cuando otro hecho me marcó. Los mismos estudiantes comenzaron a limpiar el gimnasio. Nada de empleados. Ellos mismos son responsables de devolver el gimnasio público para que toda la comunidad pueda utilizarlo. ¡Vaya, qué aprendizaje me he llevado!

Creo que esta experiencia recreativa nos puede hacer pensar acerca del tipo de educación y de cultura que queremos construir como sociedad. Chile anhela mayor igualdad y menos injusticias para lo cual es necesario un cambio de mentalidad, como me lo hizo entender Louis.

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