Una revolución cultural pendiente

Lejos de Luisiana (Planeta, 2022) de la escritora Luz Gabás ofrece un relato sobre un momento histórico poco conocido. Temas como la identidad cultural de los indios y los europeos, se cruzan con las costumbres de la época, el rol de la mujer, la política de las grandes naciones, la amistad y el amor entre otros. En este artículo, me tomo de la contingencia para relevar uno de los temas del libro.

Gisele Pelicot es una mujer cuyo caso ha traspasado las fronteras francesas para convertirse en un fenómeno mundial. Cada día que llega a los Tribunales para participar en el juicio en contra de su marido, es recibida con aplausos y muestras de afecto. Ella ha aceptado que el juicio tenga un carácter público. De esta manera, la sociedad ha podido informarse de cómo su marido la drogaba durante muchos años para que otros hombres la violaran. Así de cruel. Su testimonio se suma a las de otras mujeres que se han atrevido a sacar la voz para reclamar justicia.

En estos días, me llamó la atención un artículo de prensa en el que se presentaba un estudio del perfil psiquiátrico de los más de 50 hombres que abusaron de la mujer. Se podía suponer que todos compartían un perfil criminal similar. Probablemente, todos presentarían problemas con las drogas, el alcohol o quizás hubieran sido abusados cuando eran menores. Nada era concluyente. Solo que eran hombres comunes y corrientes que un día se permitieron un momento de banalidad. Hombres que contaban con "la autorización" del marido quien grababa tales bajezas. La mujer, reducida a un cuerpo, expuesta para que otros cuerpos obtuvieran placer. Duro.

El artículo no deja de cuestionar la posibilidad de que en todo hombre exista un potencial agresor, alguien dispuesto a traspasar la luz verde si se le presenta la ocasión. ¿Por qué? ¿Es un problema de nuestra genética? ¿Estamos programados para lo pero, así como lo mejor? Una arista importante tiene que ver con la cultura machista que hemos heredado. Saber de dónde venimos puede ayudarnos a entender los mecanismos que mueven nuestra mente.

Quizás no sea la manera adecuada de presentar un libro, tampoco pretendo hacerlo. Pero al leer Lejos de Luisiana de la escritora aragonesa Luz Gabás, no puedo dejar de hacer el paralelo entre el mundo actual con el que nos presenta la autora.

La novela está ambientada en la Luisiana del siglo XVIII, tierra donde Francia, España e Inglaterra tenían puesta sus intereses expansionistas. Familias de criollos franceses convivían con indios, esclavos y mulatos, por donde comerciantes de las tres naciones se peleaban el monopolio del tránsito por el Misisipi y el Golfo de México. Durante cuarenta años, seguimos los pasos de los protagonistas, donde las historias familiares se cruzan con las decisiones políticas sobre la región. El río Misisipi ofrece un marco natural para el encuentro de poblaciones que buscan su destino. Suzette Girard es hija de un prolífero comerciante francés que vivirá un romance con Ishcate, un indio de la tribu Kaskaskia. Sin embargo, los acontecimientos los llevarán a alejarse durante muchos años. Luego de la muerte de su marido, el cuñado hace cumplir el testamento de su hermano que la obliga a ella a permanecer en Madrid. De esta forma se aseguraba una educación ajustada al estatus social de su hijo. Suzette expresa su profunda tristeza por no poder vivir la vida como a ella le parece. Una de sus hijas logra escapar a Francia, donde está ocurriendo la Revolución. Desde allí le manda cartas y un libro. El siguiente fragmento relata el contenido de este libro:

El libro era una copia en francés de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadanía, que había escrito una tal Olympe de Gouges, parafraseando la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que se había convertido en el texto de referencia de la Revolución Francesa.
Suzette leyó en voz alta los diecisiete artículos, El texto animaba a las mujeres a despertar, a ser incluidas en la revolución de la que los revolucionarios las habían excluido. Y el texto hablaba, sobre todo, de libertad. Reflexionó sobre este concepto, tan universal y sin embargo, tan diferente; por ejemplo, para ellas tres. Si ella hubiera tenido derecho sobre sus hijos, no se habría quedado en España. Si Anne (esclava y doncella de Suzette) hubiera sido libre desde su nacimiento, no estaría allí con ella. Y en otro contexto, Estelle (hija de Suzette) podría disfrutar de una divertida adolescencia yendo de fiesta en fiesta. (Up. 652-653)

No conozco el texto de Olympe de Gouges, pero reconozco la creatividad de la autora para hacer coincidir la opresión que vive la protagonista con la gesta revolucionaria. Significo el punto señalando que son la participación auténtica de la mujer en la vida política, social y económica y sin el respeto a su derecho a su autodeterminación, la cultura machista seguirá naturalizando su cuerpo como un objeto de dominación, una mera banalidad. Una revolución cultural está aún pendiente.

















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