Solo el amor (Silvio Rodríguez)

Debes amar, 
la arcilla que va en tus manos, 
debes amar, 
su arena hasta la locura 
y si no, 
no la emprendas 
que será en vano. 

Sólo el amor 
alumbra lo que perdura, 
sólo el amor 
convierte en milagro el barro. 

Debes amar, 
el tiempo de los intentos, 
debes amar, 
la hora que nunca brilla 
y si no 
no pretendas tocar lo cierto. 

Sólo el amor 
engendra la maravilla, 
sólo el amor 
consigue encender lo muerto. 

Sólo el amor 
engendra la maravilla, 
sólo el amor 
consigue encender lo muerto. 

Esta maravilla de canción, bien corta en palabras tiene una profundidad antropológica que siempre me maravilló. No puedo dejar de pensar en todos los momentos en que he sentido la derrota, el fracaso y la falta de esperanza. En un primer momento, me invita a mirar y aceptar con amor la historia vivida. En el plano religioso, lo vinculo con el hecho de que la humanidad es redimida solamente cuando es capaz de reconocer su finitud. Dios entra con su poder solamente cuando el ser humano es capaz de invocarlo con fe, en un diálogo íntimo de amistad y con la confianza de que Él puede liberarnos de nuestras ataduras. 
En segundo lugar, también la vinculo con la experiencia de ser amado por otro, que también puede ser el Otro, con mayúscula. En tiempos de juventud, pensaba que el amor se merecía, por lo que era necesario hacer acciones buenas que los demás las vieran para ser admirado. Y digo admirado, porque se diferencia del que es querido. Despertar admiración en los demás, no es malo, pero es mejor ser amado.
Nunca he hablado de amor, porque ha sido un tema del cual he tenido una maduración lenta, quizás porque soy hombre, dirán algunos. También he podido reconocer una cierta mirada muy sentimental del concepto, lo cual no me ha ayudado a ver su aspecto más profundo.
Otros obstáculos para hablar del amor abiertamente, ha sido un pudor excesivo, la falta de confianza en sí mismo y la represión de estos sentimientos y emociones.
Hoy día, asumo la necesidad de ir más lento por la vida para vivir mejor esta fabulosa metáfora de amar la propia arcilla. También, creo necesario que el amor no se quede solamente en lo meramente emocional y relacional de la pareja, sino que se vincule con la sociedad para la creación y expansión de la solidaridad y la justicia, como otras formas de amar, también.
En el plano de lo social, me parece maravilloso re descubrir la profesión de profesor, en su dimensión social, como una contribución a la sociedad por medio del amor, no como un cliché.
Y en la vida de pareja, sería muy bueno tomar tiempo para revisar la historia compartida para saborearla y proyectarla aún más.
Continuará.

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