El murmullo de los árboles

El trabajo cotidiano se hace más humano cuando se abre paso a la creación. Las palabras me brotan desde adentro y tratan de capturar momentos del día que son como ventanas por donde el espíritu sale a recrearse. Sentado frente a la ventana que da a la calle contemplo el otoño que se instala delicadamente sobre las hojas de un árbol. Su copa comienza a volverse rojiza, mientras que el cuerpo permanece todavía verde, aunque ya aparecen algunos toques que anuncian lo que vendrá. A unos treinta metros a la derecha, otro árbol presenta un amarillo bien avanzado. Entre ellos puedo sentir el murmullo de la vida. Uno habla de la tempestad pasada que casi lo hace tumbarse en la acera, pero que finalmente salió airoso. El otro comenta nostálgico que echa de menos a los niños que circulan todas las mañanas para llegar al colegio. El más robusto en ropaje se ufana por su vigor y tonicidad. El otro prefiere mirar hacia el huerto detrás de la enredadera para evitar entrar en contacto con su...