El profesor cansado

¿Por qué perdemos las fuerzas en el transcurso del trabajo pedagógico? No me refiero solamente a un cansancio motivado por el estrés laboral, que es real, pero que me parece que se recupera con otra actividad o con un buen descanso. Tampoco me quiero referir al desgaste emocional fruto de la constante acción de motivar a los estudiantes para que tengan un comportamiento adecuado en el aula, aunque este tipo de cansancio puede tener relación con el que quiero evocar. Me refiero a un cansancio más interior y profundo. Está más relacionado con el sentido de la educación. Con mucha frecuencia tenemos un discurso precioso sobre la formación de nuestros estudiantes. Para ello empleamos palabras con mucho idealismo como: "deseo ofrecerles una educación integral", "en mi clase trato de que ellos piensen por sí mismos" o "planteo unas actividades en que los estudiantes puedan desarrollarse como personas". Estos discursos nos elevan y sitúan nuestras intenciones po...